En este momento estás viendo Big Data e Inteligencia Artificial para la Planificación UrbanaAmbiental de la CABA

Big Data e Inteligencia Artificial para la Planificación UrbanaAmbiental de la CABA

Por Luis Magni

Fuente: Fuente: Revista de Derecho Ambiental edicion N*10

Sumario: I. Introducción. II. Problema Planteado. III. Marco conceptual. IV. Análisis de la problemática. V. Análisis para políticas públicas de Biodiversidad Urbana en la CABA. VI. Análisis para políticas públicas de GIRSU en la CABA. VII. Conclusión y Propuesta de Política Pública. VIII. Bibliografía.


I. INTRODUCCIÓN
En el marco de un planeta que está sobrepasando sus umbrales ecosistémicos y climáticos; en donde la población mundial aumenta, y ese aumento se da en mayor medida en las grandes urbes, es necesario plantear mejores planes de políticas públicas para gestionar los recursos de manera más eficiente y menos contaminante. En la actualidad unas 4.400 millones de personas viven en ciudades alrededor del mundo, es decir, el 55% de la población mundial, en donde se generará alrededor del 80% del PBI mundial y se emiten más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero. De acuerdo con estimaciones realizadas por la ONU, para el 2030 habrá 5.000 millones de personas viviendo en ciudades, es decir, el 60% de la población mundial, mientras que para 2050 el 70% vivirá en ciudades (ONU, 2023). Por otro lado, el Banco Mundial estima que el 75% de la población mundial vivirá en ciudades para el 2030. Un ejemplo de ello puede observarse en algunas ciudades latinoamericanas, (Ciudad de México, São Paulo, Buenos Aires, Río de Janeiro, Lima, Bogotá, entre otras), en donde se genera un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) de Latinoamérica.

Si bien los recursos naturales extraídos para elaborar bienes y brindar servicios suelen encontrarse en zonas alejadas a las megaciudades como Buenos Aires y su área metropolitana, la presión sobre los mismos aumenta, en cuanto aumenta la demanda de los bienes a consumir; y la misma surge en casi la totalidad de los casos de las grandes ciudades. En vistas de la complejidad del problema y la estocacidad de ciertos fenómenos ambientales; es fundamental tener una política pública ambiental concreta que aborde la problemática de manera holística para prevenir riesgos climáticos cercanos y fomentar el desarrollo sostenible de las ciudades.

Así como la concentración de personas genera centros de innovación, desarrollo y cultura; también deben lidiar con el aumento de la contaminación, el hacinamiento, la carencia de recursos y la rápida propagación de nuevas enfermedades infecciosas. En la actualidad, las grandes ciudades como Buenos Aires ejercen cada vez mayor presión ambiental sobre el territorio, ya que además de demandar el 12% de la energía eléctrica del país (Dirección General de Estadística y Censos GCBA, 2015); es también donde se concentra el consumo de alimentos, la actividad política, financiera, eventos culturales y de otros servicios. Todos estos inputs, generan outputs o externalidades negativas hacia el ambiente y la sociedad (residuos sólidos urbanos5, efluentes líquidos y gaseosos,
efecto «isla de calor en ciudades» y gases de efecto invernadero9) que afectan la calidad de vida a nivel tanto local como regional y global. Por lo que, si no se empiezan a confeccionar proyectos, programas y planes de sostenibilidad en el corto, mediano y largo plazo dentro de la planificación y ordenamiento territorial de las ciudades; también es posible que aumente la contaminación, las sequías, las olas de calor, el desabastecimiento ener gético y la facilidad con la que puedan esparcirse nuevas enfermedades como sucede con el dengue.

II. PROBLEMA PLANTEADO

Este trabajo posee el supuesto principal de que posterior a la pandemia de COVID-19, la población urbana demanda más espacios verdes y abiertos. Por lo que contemplar una ciudad más verde, con mayor diversidad de especies autóctonas en espacios verdes y conectados a través de corredores biológicos urbanos, serán una herramienta esencial para combatir la contaminación, el efecto isla de calor, mejorar el drenaje y brindar beneficios de salud mental a la población (Rodriguez, et. al., 2016).

Si bien desde el Gobierno de la Ciudad (GCBA de aquí en más) se están implementando programas y planes de urbanización sostenible, educación ambiental y gestión integral de residuos sólidos urbanos; muchas de ellas son políticas aisladas de cada organismo gubernamental junto a las empresas que se contratan por un corto periodo de tiempo, y que en pocas ocasiones se relacionan y comunican entre sí.

Teniendo en cuenta que el ambiente y sus implicancias son transversales a diversas disciplinas y funciones públicas, el G.C.B.A. debería contar con una política pública macro de Planificación, Gestión y Control Ambiental integrada; donde se coordinen acciones, se pueda medir y estandarizar los procedimientos y resultados con el fin de obtener datos fácticos en los cuales basarse para realizar políticas públicas sostenibles.
Por ello y debido a que la ciudad posee compromisos ambientales a nivel local e internacional, este trabajo hará un análisis de cómo se vienen implementando las políticas públicas ambientales en la CABA desde enero del 2020 hasta diciembre del 2023 y así determinar el grado de avance de las mismas. Luego, se propondrá una política pública ambiental respecto a estos tres (3) ejes, integrándolos entre sí mediante el uso Big Data e Inteligencia Artificial. En este sentido, se buscará mejorar la situación actual con el fin de llevar a la ciudad hacia la sostenibilidad, integrando todos sus componentes y no solo el climático.

Esta política pública será más innovadora, implicando la utilización de Big Data e Inteligencia Artificial (IA de aquí en adelante) que permita vincular la gran complejidad de aspectos ambientales para la toma de decisiones. Considerando que la Cuarta Revolución Industrial y la Revolución Verde ya están comenzando a crecer de manera significativa de la mano de la Agenda 2030 de la ONU, la mejor opción para una metrópolis mundial como Buenos Aires es no quedar fuera de este sistema que ayudará a mejorar el orden de los datos y el análisis de los mismos para una mejor toma de decisión respecto al ordenamiento y la planificación urbana ambiental de la ciudad.

De esta manera, este trabajo final analizará las políticas públicas ambientales macro del GCBA con dos grandes normativas como pilares: el Plan Urbano Ambiental y el Plan de Acción Climática, junto a la normativa legal asociada para dar cumplimiento a estos planes. Dentro de ambos planes se abordarán tres ejes clave para la transformación verde de las nuevas ciudades del siglo XXI: Educación Ambiental (EA de aquí en adelante), Biodiversidad Urbana (BA de aquí en adelante) y la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU de aquí en adelante). Por lo que la transformación de la ciudad deberá considerar la vinculación de las variables socioambientales con el apoyo integral de las nuevas tecnologías de procesamiento y análisis de datos. De otra manera, el riesgo ante cualquier catástrofe climática, sanitaria o ambiental tendrá costos muy altos en comparación a invertir en planes de mitigación y adaptación al Cambio Climático.

III. MARCO CONCEPTUAL

Planeamiento Urbano Ambiental – Ley N° 2.930

En 2008 se sanciona en la legislatura porteña la Ley N° 2.930 de Planeamiento Urbano Ambiental (PUA). Conforme a lo estipulado en el artículo 1 de esta ley, el plan tiene como objetivo «constituirse en el soporte del proceso de planeamiento y gestión de la Ciudad, como política de Estado, a partir de la materialización de consensos sociales sobre los rasgos más significativos de la ciudad deseada y la transformación de la ciudad real, tal que dé respuesta acabada al derecho a la Ciudad para todos sus habitantes». Este plan postula que el PUA debe plantearse teniendo en cuenta 5 (cinco) factores clave: una ciudad integrada, saludable, policéntrica, plural y diversa.

Se pueden destacar los artículos 5 y 6 ya que definen una gran cantidad de lineamientos estratégicos para mejorar la estructuración y centralidad de la ciudad a través del ordenamiento territorial, tanto a nivel urbano, paisajístico, social, económico, gubernamental y ambiental. Sumado a ello, el artículo 20 exige que para realizar cualquier actividad de planeamiento urbano debe confeccionarse previamente una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). De esta manera, la EIA debe contrastarse con el estudio diagnóstico para llegar a una decisión equilibrada que busque el bienestar socioambiental en el ámbito urbanístico.

Plan de Acción Climática de la Ciudad (PAC) – Ley 3.871.

La Legislatura de la CABA sancionó en 2011 su Ley Nº 3871 de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático (reglamentada según Decreto 39/2014), siendo así, la primera ciudad del país en contar con una legislación que tome medidas para la lucha contra el Cambio Climático de origen antrópico. De esta manera, la ley tiene por objeto establecer las acciones, instrumentos y estrategias adecuadas de adaptación y mitigación al cambio climático en la Ciudad de Buenos Aires, para reducir la vulnerabilidad humana y de los sistemas naturales, protegerlos de sus efectos adversos y aprovechar sus beneficios. En dicha ley se establecen las definiciones pertinentes al cambio climático, la variabilidad climática, los gases de efecto invernadero (GEIs), vulnerabilidad, mitigación, adaptación,
entre otros. A su vez, estipula tres principios primordiales y básicos como lo son el Principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas10, el Principio de transversalidad de políticas de Estado en cuanto el Cambio Climático y el Principio de Prioridad sobre grupos más vulnerables.

Para que el objeto de la presente Ley se cumpla, se deberá confeccionar un Plan de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a cargo de la Autoridad de Aplicación, en este caso, la Secretaría de Ambiente del GCBA (según lo establecido en el Decreto 122/2020) y el cual deberá actualizarse cada 5 años. La confección del Plan deberá contar con un proceso participativo ciudadano entre todos los involucrados y actores interesados.

Por otra parte, en 2019 se sancionó la Ley Nacional Nº 27.520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global. Por lo que, debido al carácter de Ley de Presupuestos Mínimos, si la CABA quiere adherir a la misma, la Legislatura porteña debe amoldar su legislación a la nueva Ley Nacional. Por ello, en 2022 el Poder Legislativo porteño sancionó la Ley 6.598 la cual modifica algunos artículos de la Ley 3.871 para alinearla a lo establecido en la Ley Nacional mencionada anteriormente.

Por último, esta ley también establece en su artículo 20 que el Poder Ejecutivo podrá establecer las medidas e incentivos económicos y financieros adecuados a los particulares que realicen acciones concretas de adaptación y mitigación al Cambio Climático, por ejemplo, se deberá dar prioridad a las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) radicadas en la ciudad.

Desde la promulgación de la Ley de Acción y Mitigación del Cambio Climático en 2011, se han creado tres Planes de Acción Climática en los periodos: 2009 a 2015, 2016 a 2020 y 2021 a 2025. En el presente trabajo se analizarán las medidas y acciones concretas que ha tomado el Gobierno de la Ciudad en su último Plan. El objetivo principal de este tercer Plan es lograr una distribución justa de los beneficios ambientales, sociales y económicos y alcanzar una reducción del 53% de nuestras emisiones para el 2030 y de más del 84% para el 2050.

IV. ANÁLISIS DE LA PROBLEMÁTICA

Con la finalidad de hacer el análisis lo más integral y representativo posible, se analizaron los principales aspectos y acciones que buscan cumplir la ejecución del Plan Urbano Ambiental y el Plan de Acción Climática de la Ciudad, vinculados a la educación ambiental, la biodiversidad urbana y a la GIRSU.

Análisis para políticas públicas de Educación Ambiental en la CABA.

Programa Escuelas Verdes: Con el fin de promover prácticas más sustentables en las escuelas (como compostaje, reciclaje, conocimiento de temas ambientales como el cambio climático, etc), se han estado otorgando premios de «Reconocimiento a Escuelas Verdes (REV de aquí en adelante)» (este año se han reconocido a 61 escuelas). En 2023, unas 553 escuelas fueron reconocidas como Escuelas Verdes, en 2022 unas 439 escuelas, en 2021 unas 267 (en total existen 997 escuelas entre primario y secundario) y en 2020 unas 281 escuelas al igual que en 2019. Sumado a ello, según información del Programa Escuelas Verdes ya se han alcanzado a más de 200.000 y más de 30.000 docentes en 2023. También, se han creado más de 700 huertas escolares junto a organizaciones de la sociedad
civil y se han designado más de 1.500 referentes ambientales en las 425 Escuelas Verdes reconocidas.

Por otra parte, otro premio llamado «Germina» invita a los estudiantes a realizar proyectos innovadores en materia de ciencia y ambiente que tengan potencial de convertirse en emprendimientos sostenibles. Estas políticas son claves para insertar a la juventud en un paso previo al ambiente laboral y que tengan sus primeros contactos con el emprendedurismo que fomenten el aprendizaje en servicio. Sumado a ello, también se encuentra el premio «Aventura Verde» que reconoce a los diferentes referentes ambientales de las escuelas por sus labores diarias con las infancias y adolescencias a la hora de ser acompañantes desde el lado técnico hasta el lado pedagógico y moral para la elaboración de estos proyectos.

Pero para poder otorgar estos premios y reconocimientos, primero se tuvieron que dictar las directrices para orientar a los participantes. Tal es así que el Ministerio de Educación lanzó una «Guía hacia una escuela verde» en donde se indican los pasos a seguir para poder lograr el Reconocimiento Escuela Verde con la ayuda de especialistas del Programa de Educación para la Sustentabilidad (PES) de la Universidad de San Andrés, especialistas del Programa Escuelas Verdes y docentes de diversos niveles y modalidades de las escuelas de la ciudad.

Por lo visto, este Marco Curricular motiva al estudiante a ser proactivo dentro de una comunidad, pero deja de lado las ciencias naturales como materia principal para abordar estos temas y las reemplaza por materias sociales y humanísticas. El hecho de que los problemas ambientales comparten una crítica social pero también se desarrolla en un entorno natural o antropizado, debería ser argumento suficiente para que materias de ciencias sociales y naturales compartan la visión y no abordar el tema por separado o que una profundice mucho más que otra. Si bien desde las ciencias sociales y humanísticas se entiende el conflicto socio ambiental de la contaminación y el agotamiento de los recursos naturales, enfatizando el derecho que tienen todas las personas de vivir en un ambiente sano y acceder a los recursos esenciales para vivir; los alumnos y docentes deben también tener herramientas claras para poder medir de forma fehaciente y entender de manera técnica el comportamiento de las variables ecológicas, de lo contrario, todo puede ser relativo según una mirada humanística o social.

Por otra parte, el Marco Curricular y los Anexos Curriculares que se utilizan de base es de la gestión de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno y Esteban Bullrich como Ministro de Educación, por lo que uno de los objetivos de la gestión actual debería ser actualizar estos documentos en base a lo ocurrido en estos últimos ocho (8) años y explicar mejor los escenarios futuros previstos por el IPCC (Panel Intergubernamental de Lucha contra el Cambio Climático de la ONU) en base a la información más actualizada posible. Debido a la gran cantidad de organismos con los que se articula el Programa Escuelas Verdes, algunos datos pueden quedar perdidos, dispersos o no detallados.

Análisis de otras iniciativas educativas ambientales del GCBA:

La iniciativa BA Multiplica y BA Multiplica 2.0 que se implementa desde el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción, a través de la Dirección General de Políticas de Juventud que tiene por objetivo promover la inclusión y participación de los jóvenes en el ámbito laboral, educativo, social y comunitario. Esta iniciativa posee cuatro módulos, de los cuales un módulo es referido a la sostenibilidad: «Módulo Ambiente». Este módulo posee contenido asincrónico y luego una clase presencial de 3 horas en donde se le brinda herramientas al ciudadano para entender qué hacen las empresas en cuanto a las buenas prácticas ambientales y empleabilidad verde.

Por otra parte, desde la Secretaría de Ambiente se desprenden otras iniciativas de educación ambiental. Una de ellas es la propuesta en el Ecoparque que posee un Área de Educación Ambiental orientada a la generación de conciencia respecto del impacto del hombre sobre la biodiversidad. Cuentan con visitas guiadas a grupos escolares y grupos externos, así como también de actividades inmersivas para familias y público en general. Sumado a ello, también existen visitas guiadas con enfoques educativos orientados a la biodiversidad en el Jardín Botánico Carlos Thays, el Centro de Información y Formación Ambiental (CIFA de aquí en adelante) y las tres Reservas Ecológicas de la CABA: Reserva Ecológica Costanera Norte, Reserva Ecológica Costanera Sur y Reserva Ecológica Lugano. Por ejemplo, El Jardín Botánico también posee una sección en su página web que enseña a los ciudadanos a reducir el consumo y utilizar hábitos responsables. Esta página web invita a reflexionar y brinda nuevas ideas sobre qué se puede utilizar para reducir el uso de plásticos en el baño, la cocina o el comedor y también reducir el desperdicio de alimentos. También brinda tips para reducir el consumo de agua y energía, la utilización de productos agroecológicos y promueve la compra de productos de higiene y aseo más sostenibles.

En cuanto a los barrios populares, desde el Proyecto de Sustentabilidad Ambiental (PSA) del IVC se trabajó de manera mancomunada con la Secretaría de Ambiente para brindar cursos y charlas de sensibilización respecto al cambio climático, huertas urbanas y plantas medicinales. Desde el Proyecto de Sustentabilidad Ambiental del Instituto de la Vivienda de la Ciudad también afirman que hubo relación con Escuelas Verdes para la ejecución de las jornadas ambientales de sensibilización y para la confección de murales y jornadas ambientales.

Por último, desde APrA y a través de sus Puntos Verdes Móviles se dictan charlas y talleres en plazas, parques o eventos dentro de la ciudad sobre separación de residuos para reciclar, residuos electrónicos, residuos especiales como pilas, baterías y aceite vegetal usado.

V. ANÁLISIS PARA POLÍTICAS PÚBLICAS DE BIODIVERSIDAD URBANA EN LA CABA

A continuación, se analizará la red de espacios verdes públicos, su cercanía con los vecinos, el uso del suelo y sus interconexiones que ofrecen distintos beneficios ecosistémicos a la población. Es notoria la diferencia entre el desarrollo del sur al norte de la ciudad, en donde al norte se destacan espacios verdes más voluminosos y elegantes en contraste con el sur. Si bien desde el GCBA no existe un documento que se avoque netamente a la biodiversidad urbana, si podemos encontrar algunos documentos disgregados que permitirán segregar el análisis en los siguientes tópicos principales:

Plan Maestro de Arbolado y Espacios Verdes. Tomo III – 2023.

Este Plan es el documento más actual que posee el GCBA en cuanto a temáticas ambientales. El último censo realizado para arbolado público fue en 2018 (sin contar los árboles de reservas ecológicas ni áreas privadas) y arrojó los siguientes resultados: existen 414.746 árboles, de los cuales unos 363.244 ejemplares son parte del arbolado vial. A su vez, se destaca el dominio de 6 especies de árboles: Fresno americano (Fraxinus pennsylvanica), 65 Plátano (Platanus x acerifolia), Tilo (Tilia viridis subsp. x moltkei), Paraíso (Melia azedarach), Jacarandá (Jacaranda mimosifolia) y Crespón (Lagerströemia indica). Sin embargo, se precisa un nuevo censo ya que en estos cinco (5) años pudo haber fluctuaciones debido a pérdidas por temporales u obras públicas, pero también nuevos especímenes debido a plantaciones que hicieron l os vecinos, ONGs u otros organismos del GCBA sin participación de la Secretaría de Ambiente. Además, también se deben contabilizar los árboles existentes en las Reservas Ecológicas con el fin de determinar con mayor exactitud la riqueza y abundancia de especies en la CABA y su funcionamiento ecosistémico.

El tercer tomo cambia el concepto de «arbolado» por el de «bosques urbanos» debido a las interacciones naturales (flujos de materia y energía) que ocurren entre estas especies, enfatizando las acciones en la plantación y conservación de especies autóctonas que sirvan para hábitat de fauna local. El documento también reconoce la importancia de los bosques urbanos a la hora de brindar servicios ecosistémicos y ayudar a mitigar y adaptar a la población a efectos del cambio climático en base a lo estipulado en el Plan de Acción Climática de la Ciudad 2050 (PAC 2050 de aquí en adelante). También comienza a tratarse a la naturaleza desde otra perspectiva y se introduce el concepto de «capital ecológico» como patrimonio natural e histórico de la ciudad que brinda múltiples beneficios a su población. Bajo este concepto, también comienza a comprenderse con mayor importancia la vinculación entre especies de un mismo ecosistema o ecosistemas aledaños, como por ejemplo sería la interacción de árboles del ecosistema pampeano con el ecosistema Espinal o Delta e Islas del Paraná; y de especies de fauna que migran entre
estos organismos. Este enfoque ayudó a la actualización del listado de especies para promover mayor diversidad biológica y como parte de la estrategia climática.

Sumado a ello, este nuevo listado sirve como herramienta compensatoria ante extracciones de arbolado ya sea accidentalmente (tormentas, plagas, etc) o no (extracción por construcciones privadas, obra pública, etc). Algunas especies que ponen en valor son: el Jacarandá (Jacaranda mimosifolia), la Tipa (Tipuana tipu), Ingá (Inga uraguensis), el Palo Borracho (Ceiba speciosa), el Coronillo (Scutia buxifolia) y el Lapacho (Handroanthus heptaphyllus). Si bien son especies autóctonas de Argentina, no son nativas de la ecorregión pampeana, sino que son de las ecorregiones del Gran Chaco Americano, las Yungas y el Espinal. Sin embargo, debido a los cambios paisajísticos que ha realizado el hombre, es probable que algunas de estas especies ya estén asilvestradas a la ecorregión pampeana.

Por otra parte, este Plan también pone mayor énfasis en la Educación Ambiental vinculado a esta temática y sensibilizar a la población acerca de las oportunidades que ofrecen los árboles y espacios verdes, aumentando así el contacto individuo-naturaleza y proponiendo un cambio en la percepción de la misma. También se propone la transformación de espacios cementados o que son para el automóvil por espacios verdes. Sin embargo, no existe un análisis realizado junto al Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de cómo afectaría esto a la circulación del tráfico ya que crear áreas verdes donde antes pasaban automóviles, motocicletas o transporte público no hace que los mismos disminuyan su cantidad, sino que puede generar embotellamiento en otras arterias urbanas. Es decir, si se disminuye la cantidad de espacios para automóviles por espacios verdes con el fin de disminuir las emisiones de GEIs, pero no se contempla que los mismos seguirán existiendo y tendrán menos posibilidades de circulación, puede llegar a ser contraproducente ya que aumentaría la combustión de gases como el óxido nitroso y el dióxido de carbono, a la vez que aumentaría la contaminación sonora por la acumulación de mayor cantidad de vehículos en un mismo espacio.

Otros de los puntos relevantes del Plan es que se toman criterios de selección de especies aptas para el arbolado que poseen tres pilares fundamentales que buscan perfeccionar los errores cometidos en la gestión anterior:

— No más del 10% de árboles pertenecientes a una misma especie.
— No más del 20% de árboles pertenecientes a un mismo género.
— No más del 30% de árboles pertenecientes a una misma familia.

Además, se idearon dos fórmulas distintas para compensación por extracción de ejemplares arbóreos y de palmeras según el Sistema de Compensación Ambiental por Equivalencia de Secciones Arbóreas (SICAPESA) y se agregan índices que ponderan otras situaciones que no fueron contempladas anteriormente. En el caso que deba compensarse en áreas de conservación, el Ecoparque o el Jardín Botánico; los parámetros a tener en cuenta serán distintos. En áreas de conservación la idea es que no se generen «desiertos verdes» que son áreas donde hay flora exótica y por ello existe un vacío de funciones ecosistémicas rioplatenses.

Por otra parte, el avance o no en la gestión de arbolado puede verse reflejada en el aumento del mismo ya que durante el 2020, se plantaron 16.777 ejemplares en la Ciudad, de los cuales 2.445 fueron árboles. Mientras que en 2021 se plantaron 2.527 ejemplares de los cuales 1.827 fueron ejemplares arbóreos; mientras que en 2022, fueron 8.352 ejemplares. Estos números fueron extraídos de los Informes Anuales Ambientales 2020, 2021 y 2022.El Informe 2023 todavía no ha sido cargado en la web por lo que la información no está disponible. No obstante, y a caso de ejemplo, según información otorgada por el IVC, en los cincos barrios populares intervenidos para su urbanización (Rodrigo Bueno, Barrio 20, Playón de Chacarita, Carrillo y Soldati) se plantaron 264 árboles y 725 arbustos durante ese año.

Para finalizar y comprender la magnitud de la necesidad de forestar con especies nativas, según estudios realizados por el profesor Eduardo Haene, se precisa plantar 6.500 ejemplares nativos por año durante nueve años para llegar al 2032 con apenas un trece por ciento (13%) de arbolado urbano nativo. Por lo que, según estos datos, los esfuerzos se deben ahondar con mayor profundidad y deben estar centralizados bajo una propuesta integral y no estar dispersos por distintos organismos.

El problema central en esta sección como en las demás radica en que los números provienen de múltiples organismos que están relacionados a lo ambiental pero también de entes que no están tan vinculados.

Transformación del Zoológico al Ecoparque de la CABA.

Actualmente el Ecoparque debe ser concebido como un espacio público dedicado especialmente a la educación ambiental, la rehabilitación y la conservación de especies. Ya no pueden verse a los animales como cosas, sino que son seres sintientes. Un caso demostrativo de ello es el fallo del 21 de octubre de 2015 a favor de la orangutana Sandra que quedó reconocida como persona no humana, es decir, fue reconocida como «sujeto de derecho» (no «objeto») y se ordenó al gobierno de la ciudad de Buenos Aires, propietario del zoológico y, por tanto, de la orangutana, que garantizara al animal «las condiciones naturales del hábitat y las actividades necesarias para preservar sus habilidades cognitivas».

Con este nuevo enfoque se está trabajando en la actual gestión del Ecoparque, en donde los visitantes podrán aprender acerca de la importancia de las especies como seres sintientes y su relación con el funcionamiento de los ecosistemas, los impactos ambientales que estos reciben como la expansión de la frontera agropecuaria, la deforestación, los incendios, los cambios climáticos, la caza furtiva, el comercio ilegal de especies, entre otros conflictos socioambientales.
Actualmente existe una mirada de flujo en vez de stock permanente de especies, las mismas se rehabilitan luego de algún daño ocasionado en sus ecosistemas y de ser posible se liberan». Por ejemplo, las ex Las jaulas de aves son destinadas al Programa de Conservación y Cría del cardenal amarillo. En el caso de que el animal esté muy lastimado para ser reintroducido o sea demasiado geronte ya que viene de gestiones anteriores; se quedará en el recinto con fines de educación ambiental y conseguir mayor sensibilización de la población bajo el Programa Animales Embajadores.

Siguiendo con la línea de utilizar el Ecoparque como predio de Educación Ambiental sobre especies autóctonas, los recintos (actualmente llamados «ambientes sustitutos») ahora son polivalentes, es decir, pueden haber más de dos especies que interactúan entre sí y la flora del sitio. La idea es recrear su ambiente natural, no solo con la interacción entre la fauna, sino también su asociación con la vegetación. Por ejemplo, el guanaco está con el ñandú en un ambiente similar a la estepa patagónica. El viejo acuario ahora es un «museo del mar» y está apuntado a la sensibilización a través de juegos o interacciones con realidad virtual y un museo prehistórico. También hay una experiencia/juego 4D llamado «una misión para la biodiversidad». A su vez, también se está implementando material con realidad virtual en el Acuario del Zoo para poder vivir una experiencia más realista en los océanos con las cientos de especies que pueden albergar, sin la necesidad de tener animales de climas polares o tropicales encerrados en pequeños recintos muy poco adaptados a su hábitat. Además, hay stands de algunas ONGs que recalcan la importancia del reciclaje, la fauna nativa, la polinización y el consumo responsable y su relación con los ecosistemas.

Sumado a estas iniciativas, también cuentan con un sistema de GIRSU: bajo la premisa de las «3 R» (Reutilizar, Reciclar y Reducir), se trabajó junto a la Cooperativa el Ceibo para la entrega de 5.300 kg de material reciclable. También poseen un sistema de control de calidad de aguas en los lagos del parque y métodos de fitorremadiación para su depuración.
Por último, utilizan los residuos orgánicos de podas, heces de animales o restos de comida en un Biodigestor para generar energía y biofertilizante aplicados en el mismo predio.

Según la gestión actual del Ecoparque, este nuevo desafío se enmarca en siete compromisos fundamentales:- Será un espacio dedicado a la educación ambiental, a través de experiencias recreativas e inmersivas basadas en la tecnología y enfocado en la familia;

— No habrá animales habitándolo de forma permanente;
— Se integrará conceptualmente a los vecinos, al Jardín Botánico y al Parque Tres de febrero generando un auténtico Corredor de Biodiversidad;
— Se trabajará en la recuperación y liberación de animales silvestres heridos o rescatados del tráfico ilegal;
— Se continuará trabajando en los proyectos de conservación de fauna autóctona; se creará un punto de encuentro en el que emprendedores y ONG puedan realizar proyectos vinculados a la conservación del medioambiente;
— Se pondrá en valor el riquísimo patrimonio arquitectónico que la Ciudad posee en esas 18 hectáreas.
— Se buscará limitar la capacidad a 2000 personas por día, al contrario de lo que era antes en donde recibían entre 10 mil a 30 mil personas cada día en temporada alta.

Por último, a través de la Gerencia de Conservación y Gestión de Fauna se ejecutan en la actualidad 15 programas de conservación de especies autóctonas amenazadas11. Además, estos programas van vinculados con un cuerpo de Educadores Ambientales que brindan charlas para concientizar sobre el cuidado del ambiente y su relación con la
biodiversidad del país, la importancia de su conservación y el patrimonio histórico de la Ciudad.

Para finalizar este apartado, cabe resaltar que la información se encuentra dispersa y no existe en la página oficial del Ecoparque un sistema de mediciones en tiempo real que vayan certificando los datos. Además, la Agencia de Protección Ambiental no tiene injerencia en cuanto a las auditorías del Ecoparque, solo expidió el certificado de Aptitud Ambiental de las obras realizadas y para el sistema GIRSU. Sumado a ello, no hay un relevamiento de qué indicadores y parámetros se utilizan para medir las diversas variables que miden la biodiversidad y mejoras en el predio.

Nuevos espacios verdes creados: restauración ecológica y recomposición ambiental. En 2019, la entonces Dirección General de Datos, Estadística y Proyección Urbana (Min. de Desarrollo Urbano y Transporte), actual Área de Desarrollo Urbano dependiente de la Jefatura de Gabinete; realizó un Informe de Cobertura Vegetal en CABA. Este informe indica que la ciudad cuenta con un 30% de superficie verde, es decir, 61 Km2 de los 203 Km2 de superficie total; lo que equivale aproximadamente a 6,09 m2 de espacios verdes por habitante. Si bien no existe una cifra estándar oficial de la cantidad de espacio verde necesario por habitante en una ciudad ratificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) u otro organismo internacional; también debe analizarse la calidad de ese espacio y los corredores verdes que vinculan los distintos puntos verdes dentro de la urbe. Por ejemplo, en Nueva York hay 13,6 m2 por habitante12 y más de 30 m2 por habitante en Bruselas13, la capital de Bélgica.

Sumado a ello, también puede observarse que las distribuciones de los grandes espacios verdes se encuentran alejados de la mayoría de los barrios porteños, con lo cual no todos los habitantes tienen fácil y rápido acceso a los mismos. De otra manera, pueden contabilizarse áreas pequeñas e inconexas que sumen al número total pero que en definitiva no hacen un cambio significativo en la calidad de vida de los ciudadanos ni en el mejoramiento de la biodiversidad urbana. Por ejemplo, según la investigación realizada por la Fundación Bunge y Born, en 2020 el 25% de la población de menor nivel socioeconómico de la Ciudad carece de acceso a espacios verdes. También puede recalcarse que la Reserva Ecológica Costanera Sur posee 327 hectáreas, pero no es accesible a menos de 10 minutos caminando de la gran mayoría de los porteños ni tampoco hay una cantidad de transporte público suficiente que llegue hasta este sitio.

Luego de cumplir con 110 hectáreas de espacios verdes entre 2016 y 2019 37 según asegura la gestión anterior del GCBA; para la gestión 2019 a 2023 no se han encontrado metas planeadas ni cumplidas relacionadas a ello. Sin embargo, pueden destacarse algunas acciones aisladas que contribuyen a la suma de espacios verdes y la biodiver
sidad urbana como fue la creación en algunas escuelas de 4 jardines de polinizadores en 2021, incorporando un total de 1636 ejemplares arbustivos, herbáceos y trepadores.
Sin embargo, no especifica en qué colegios se realizó ni qué superficie ocupan, por lo que parece ser más una medida de educación ambiental y no una contribución significativa a la biodiversidad urbana.

Según datos obtenidos de la Dirección General de Estadística y Censos (Ministerio de Hacienda y Finanzas GCBA) de la Ciudad, hubo un aumento de espacios verdes dependientes del GCBA por tipo de espacio verde según comuna entre los años 2021- 202314 desde 3.647 a 4.863 nuevos tipos de espacios verdes. Ello significa que en dos años aumentaron en 1.216 los tipos de espacios verdes. Sin embargo, cuando se analiza a fondo la planilla puede observarse que solo hay 36 adjudicados a la categoría de espacios verdes de gran superficie (Reservas, Parques y Plazas) y 1.180 son de pequeña superficie (plazoletas, canteros, jardines, cantero, derivador de tránsito y otros). En el caso de los espacios con grandes superficies, hay una curiosidad ya que el GCBA suma una reserva más a 2023 dando un total de tres reservas y en 2021 según esta planilla habían dos reservas. Sin embargo, las tres Reservas de la CABA fueron fundadas antes del 2020. Además, también incluye cementerios en la sección «otros» cuando los mismos son superficies grises o con parcelas inconexas y con vegetación degradada.

Por otro lado, también toma seiscientos sesenta y seis (666) nuevos derivadores de tránsito de los cuales un tercio: doscientos veintidós (222) pertenecen a la Comuna 1; concentrando una gran mayoría en solo una comuna. Una muestra de ello puede darse por ejemplo en la colocación de macetones de manera aislada y sin haber una conexión mediante el suelo. Además, la constante necesidad de mantenimiento de estas plantas (riego y fertilización principalmente) en estos macetones hace que muchos se dejen de lado por falta de presupuesto o logística.

En cuanto a los nuevos parques, el más reciente y novedoso es el «Parque de la innovación», un predio de doce hectáreas ubicado en lo que era la ex sede del Tiro Federal Argentino. Sin embargo, el espacio verde también se encuentra inconexo debido a los múltiples caminos y planicies de cemento que allí se encuentran. En conclusión, el aumento de tipos de espacios verdes es incongruente y llevado a cabo por distintos organismos sin una planificación que contemple la importancia de la biodiversidad urbana y su resiliencia frente al impacto antrópico de cada día y a impactos naturales o del cambio climático. Solo el 2,9% de nuevos espacios verdes es de grandes
superficies para poder realizar diversas actividades, incluyendo el aumento de árboles nativos de gran porte. Además, se está contemplando una unidad de más por la reserva agregada que, sin ella, el dato real es de 2,8%. Si bien no se critica la creación y reaprovechamiento de canteros y veredas para aumentar la masa foliar, la misma debe ser en función del acompañamiento de la creación de espacios verdes más grandes y no suplementos inconexos que se van realizando por comuna. En la siguiente Figura 1 se pueden observar los datos provenientes de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Secretaría de Desarrollo Urbano:


VI. ANÁLISIS PARA POLÍTICAS PÚBLICAS DE GIRSU EN LA CABA

Según datos del entonces Ministerio de Ambiente y Espacio Público, en 2015 la ciudad generaba en promedio 6.200 toneladas de residuos por día. Sin embargo, en 2021 se generaron 8 mil toneladas de residuos, observándose un aumento en la cantidad de los mismos. Se quiso realizar un análisis más profundo contrastando el periodo de investigación de este trabajo y subdividiendo los tipos de residuos y cuáles eran los que mayor proporción de reciclabilidad tenían; por lo que se acudió a la base de datos estadísticos de la ciudad. Sin embargo, la misma no está actualizada desde 2019 (solo posee datos desde 2007 a 2019) 40, por lo que el análisis se hará con datos o estimaciones que se obtengan de distintas fuentes oficiales. Una vez más puede observarse como la falta de datos dificulta el análisis y ello no permite que se tenga un sistema de gestión de mejora continua y objetivos claros de sostenibilidad sin datos fehacientes.

Gestión de Residuos en barrios formales de CABA:

En la actualidad, la CABA gestiona sus residuos a través de dos entes gubernamentales: El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana (MEPHU) y la Agencia de Protección Ambiental (APrA). El MEPHU gestiona el servicio de reciclado a través de 299 contenedores diferenciados en color verde para dejar los reciclables (papel, cartón, plásticos, vidrio y metales) y con 41 puntos verdes fijos ubicados en parques y plazas de todas las comunas la Comuna 2 (Recoleta) con solo una unidad. Sumado a ello, la ciudad también habilitó composteras en todas las comunas de la ciudad16 (muchas de ellas se encuentran junto a los 41 puntos verdes fijos). Asimismo, para capacitar, acompañar, regularizar y promover a actores que gestionan prácticas sostenibles de residuos, el GCBA desarrolló desde el MEPHU el Programa Sello Verde. Para este Programa puede aplicar comercios, edificios residenciales, edificios públicos y medianas y grandes empresas que desarrollan sus actividades y tengan sede física en la Ciudad de Buenos Aires.

Entonces, con el fin de seguir reduciendo la cantidad de residuos que se entierran en el relleno sanitario del CEAMSE, la ciudad envía estos materiales a: 16 centros verdes, 3 centros de compostaje, 1 planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) dentro del CEAMSE Complejo Norte III y 1 Centro de Reciclaje de la Ciudad.

Por otra parte, desde APrA poseen otro sistema de gestión de residuos especiales o con materiales peligrosos, a través de tres puntos verdes móviles que van cambiando su recorrido en el transcurso de la semana y en donde pueden dejarse residuos electrónicos, orgánicos, pilas48, baterías, aceite vegetal usado (AVU), lámparas, cartuchos y toners. Por otra parte, la ciudad cuenta con un Observatorio de Higiene Urbana conformado por la Asociación Sustentar y la Facultad de Agronomía de la UBA, cuya finalidad es generar evidencia empírica con el fin de analizar y brindar asesoramiento técnico al GCBA para mejorar los servicios de limpieza y recuperación de residuos sólidos urbanos de la ciudad. Para lograrlo, investiga las GIRSU de otras grandes ciudades del mundo, las conductas de los vecinos, analiza el funcionamiento del sistema de higiene y reciclado con sus cooperativas y desarrolla indicadores para su seguimiento y mejoras continuas.

Gestión de Residuos en escuelas de CABA.

En las escuelas de la ciudad, desde el Programa Escuelas Verdes del Min. de Educación se trabaja junto al MEPHU para brindarles cestos y contenedores diferenciados a los edificios con el fin de realizar la separación de los mismos en cumplimiento de la Ley 128 N° 2544 de Separación de Residuos en Instituciones Educativos y la Ley N° 1854 de Basura Cero. Además de ello, también trabajan con MEPHU en capacitaciones o charlas informativas en visitas guiadas al Centro de Reciclaje de la Ciudad y en los Puntos Verdes.

También hay proyectos de recolección de residuos orgánicos en comedores o merenderos de la ciudad. Además, junto a APrA y MEPHU impulsan el consumo responsable y la reducción progresiva de los aceites vegetales usados que se generan en las escuelas y la reutilización, reparación y reciclaje de los bienes eléctricos y electrónicos de uso escolar.

Gestión de Residuos en Barrios Populares.

La gestión de residuos en estos barrios suele ser complicada y es un conflicto arraigado hace décadas en la sociedad porteña. Sin embargo, desde la sanción de la Ley N° 6.099 de reurbanización e integración a la CABA del Barrio «Padre Carlos Mugica» y con la creación de la «Estrategia de Vivienda y Hábitat Sostenible» (EVHS) del Instituto de la Vivienda de la Ciudad que enmarca el Proyecto de Sustentabilidad Ambiental (PSA) financiado por la CAF (Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe), también se busca mejorar la calidad de vida de la población de los barrios Rodrigo Bueno en Puerto Madero, Playón de Chacarita y Barrio 20 en Villa Lugano. El PSA busca articular junto a diversos actores para la concreción de los objetivos de sostenibilidad urbana abordados por esta institución. En el caso del Eje GIRSU, se trabajó principalmente con la Subsecretaría de Higiene Urbana del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana (MEPHU).

Un caso renombrado y con varios años de trabajo es el Programa de triple impacto ambiental, económico y social «ATR» (A Todo Reciclaje) del Barrio Mugica (ex Villa 31), ubicado en el barrio de Retiro. Este programa surge en el año 2018 y está constituido por la Unidad de Proyectos Especiales del GCBA, una organización de la sociedad civil: DelTerra.org17 y las más de catorce (14) cooperativas del barrio que agrupan trescientas (300) personas que se ocupan del barrido, la recolección diferenciada, el traslado de los materiales reciclables secos y orgánicos hasta la planta y el trabajo en planta.

Según datos de la Jefatura de Gabinete del GCBA, es el primer barrio en separar sus residuos en tres corrientes: reciclables, orgánicos y basura mixta; y hasta el día de hoy llevan más de 539 toneladas de material reciclado (374 toneladas) y orgánico recuperado (165 toneladas)18. El material reciclado se trata en la misma planta del barrio que se encuentra ubicada frente al Ministerio de Educación del GCBA, una vez pesado y diferenciado, todos los materiales son enfardados con una máquina compactadora para poder trasladarlos por los compradores. De esta manera se genera un circuito económico interno dentro del barrio que beneficia a familias en situación de vulnerabilidad. Mientras que el material orgánico es derivado al Centro de Reciclaje de la Ciudad, en donde son procesados para hacer compost y biogás.

Si bien se han hecho muchos avances al respecto, todavía no hay mediciones específicas de la cantidad de basura y de reciclables separados en los barrios populares, ya sea desde el IVC o desde MEPHU. Esto puede deberse tanto a la informalidad, la falta de atención y la inseguridad de los barrios. Esta última variable dificulta la recolección y muchas veces las empresas deciden no pasar o evitar ciertos horarios y días debido a la inseguridad hacia los empleados de limpieza y saneamiento urbano.

Gestión de Residuos en el Ecoparque y Reservas.

El Ecoparque también tiene una línea de Economía Circular y Gestión de Residuos, en donde se comenzó a trabajar con la Cooperativa el Ceibo para el retiro de material reciclable. Además, cuenta con postas de educación ambiental sobre la importancia del reciclaje y el consumo responsable para evitar la degradación de los ecosistemas. Mientras tanto, el material orgánico proveniente de las oficinas, de las heces de animales, la poda, vegetación muerta y otros materiales orgánicos19 son colocados en una compostera y en un biodigestor comprado en 2018. A través de ambos procesos se produce fertilizante para los espacios verdes del predio y también se genera biogás. Por lo que, según datos del 2017, el Ecoparque evita enviar 1100 kg de heces por día proveniente de 1.600 animales al CEAMSE, lo cual es una disminución en el coste de la gestión de residuos y también de la huella de carbono del predio. Antes de la compra del biodigestor, analizaron los residuos orgánicos para saber la pre-factibilidad de los mismos. Descubrieron que estos residuos eran de calidad inédita y a fines de 2018 se instaló el biodigestor y comenzaron las pruebas. Esto es algo inédito para el continente porque no suelen usarse heces de animales silvestres pero sí de animales rurales o domésticos. Sumado a ello, con el biogás generado se alimenta un grupo electrógeno a una línea de 220 Volt que se utiliza para cargar los autos eléctricos del Ecoparque.

En cuanto a las Reservas de la ciudad, gestionan el material reciclable mediante cestos diferenciados, luego las cooperativas recogen los reciclables para llevarlos al Centro de Reciclaje de la Ciudad donde se realiza su tratamiento para luego venderlos a distintos tipos de industrias. En cuanto a los residuos orgánicos provenientes de restos de comidas, yerba, restos de desmalezado y de podas; no se ha encontrado información certera de que hacen con los mismos, si se compostan y se utilizan en la misma reserva o si son enviados también al Centro de Reciclaje de la Ciudad.

Este análisis sin duda fortalece el argumento de que las acciones en cuanto a GIRSU y el resto de los residuos especiales son tomadas aisladamente en cada organismo y en ocasiones realizan acciones conjuntas pero que no son sostenibles en el largo plazo. La falta de datos básicos sobre cuánto material es reciclado y reciclable en los sectores fundamentales de la economía es un bache que debe cubrirse cuanto antes. Por ejemplo, según la Subsecretaría de Higiene Urbana del MEPHU en 2020 se reciclaron 150 toneladas y en 2022 se reciclaron 420 toneladas; demostrando una mejoría en el sistema, aunque no discrimina en qué sectores debe mejorarse el sistema de reciclado o si es necesario fortalecer la educación en algún sector etario. Estos son parámetros clave a la hora de realizar una Estrategia de Economía Circular.
La falta de datos también se relaciona estrechamente con la gran división de temáticas ambientales por distintos entes gubernamentales que no son expertos en la materia ni tampoco poseen personal idóneo para ello o subcontratan empresas para cumplir con un proyecto por un determinado periodo de tiempo; siendo acciones generalmente aisladas (no todas pero sí la gran mayoría) y complicando la gestión de la sostenibilidad en la ciudad. Si se piensan en un cambio de paradigma para unificar y administrar mejor toda esa data, mejoraría significativamente la calidad de vida de todos los porteños y los millones de estudiantes, trabajadores y turistas que visitan la ciudad anualmente. Es por ello que en el siguiente apartado se dará una propuesta de política pública para mejorar el sistema actual que tiene bases sólidas en comparación a otras ciudades argentinas; aunque considerando los recursos de la ciudad, estos podrían mejorarse considerablemente.

VII. CONCLUSIÓN Y PROPUESTA DE POLÍTICA PÚBLICA

Como pudo evidenciarse a lo largo de este trabajo final, la falta de conexión y coherencia entre organismos gubernamentales desencadena una serie de acciones y procesos aislados que no convergen en una gobernanza ambiental acorde a los compromisos legales e internacionales asumidos por el GCBA para disminuir las emisiones de GEI y mejorar los índices de sostenibilidad y cumplir con las metas del ODS 11 de la ONU sobre Ciudades y Comunidades Sostenibles. El sistema actual carece de la eficiencia y eficacia suficiente para solventar problemas relacionados a la sostenibilidad y además ejerce un gasto público mal distribuido debido a la gran cantidad de información dispersa en todos los organismos estatales tanto de competencias ambientales como sin competencias ambientales que existen en la ciudad. Todo ello, puede no ser un problema en otras disciplinas, pero cuando se quiere trabajar en la sostenibilidad de una gran metrópolis, es necesario realizar análisis holísticos para disminuir la incerteza y aumentar la probabilidad de éxito en la toma de decisiones.

Considerando entonces la dispersión de la data por distintos organismos, la misma debería englobarse en una plataforma centralizada de información ambiental y gestionada a través de Big Data para que luego la IA a través de procesos como el Deep Learning pueda reconocer distintos parámetros y patrones que el ser humano a simple vista no puede distinguir. Además de centralizar los datos de la administración gubernamental, la idea es que esta plataforma sea comunitaria y abierta, con el objetivo de que instituciones científicas y otros profesionales también puedan compartir información que resulte ser importante para el desarrollo urbano sostenible. Por ende, la propuesta de política pública de este trabajo tiene por objeto principal la centralización de los datos ambientales en una plataforma virtual unificada supervisada por un ente gubernamental relevante y administrado bajo el paradigma de un sistema de mejora continua en el cual se utilice la Big Data como herramienta principal para posteriormente utilizar una IA que solamente se interiorice en temas ambientales de la ciudad. De esta manera se podrá optimizar la información y tomar decisiones más inteligentes y democráticas.
Se propone crear un organismo encargado de realizar esta tarea. Este organismo se compondrá por un equipo asesor técnico con personas especializadas en ciencias ambientales, política y gestión ambiental, en economía, arquitectura, paisajismo y en cálculos matemáticos y estadísticos. Además, habrá reuniones trimestrales obligatorias en donde cada Ministerio dependiente de distintas competencias ambientales podrá ir informando el avance de la gestión a la Subsecretaría. La misma, será la encargada de realizar el plan estratégico ambiental integrando los tres ejes trabajados en este documento sumado al eje energético, al de movilidad sostenible y al de arquitectura sostenible. De esta manera, el plan será transversal a toda la administración con la finalidad de que todas las áreas que tengan impacto en materia ambiental no puedan contradecirse con esos lineamientos y respondan a una política común. Además, se le dará mayor entidad a esta propuesta de política pública y se podrá empezar a asociar datos estadísticos y probabilísticos para comprender mejor la conexión de todas las variables estudiadas y tomar la decisión con mayor eficacia y eficiencia posible bajo el contexto político y económico del
momento.

La propuesta no implica aumentar el presupuesto ya asignado a las distintas áreas ambientales, aunque sí se necesitará una inversión inicial para redirigir los datos a la nueva plataforma y la contratación de técnicos e ingenieros en sistemas y especialistas en el desarrollo de métodos matemáticos y computacionales para el aprovechamiento de la información. Sin embargo, también se pueden realizar convenios con universidades públicas y privadas dentro de la ciudad que permitan incorporar personal idóneo con menos costo de servicio.

Los datos y los pilares fundamentales para crear esta estructura ya existen; solo falta que la información y las decisiones sean gestionadas por una sola entidad. Entendiendo que en la nueva gestión del GCBA las competencias ambientales son absorbidas por la Vicejefatura de Gobierno, puede ser una oportunidad para englobar todo lo expuesto en este trabajo en un nuevo ente gubernamental dependiente de la Vicejefatura. Sumado a ello, también existe una ventaja y conveniencia política a la hora de demostrar resultados en la gestión debido a que cada vez hay mayor conciencia ambiental y suma más peso en las elecciones. Además, estos compromisos atraen diversos beneficios a la hora de relacionarse con organismos internacionales u otros países o ciudades más desarrollados. Algunos de estos beneficios pueden ser la obtención de financiamiento externo no reembolsable para fortalecer los puntos débiles de la gestión hasta el intercambio de conocimientos y experiencias vinculados a la gestión y planificación urbana sostenible. Un claro ejemplo de ello puede visualizarse en el Registro de «Cities With Nature»20, el cual es una interfaz en línea abierta y gratuita, donde cualquier gobierno local u otro gobierno subnacional apropiado podrá inscribirse en esta plataforma.

Por otra parte, luego de lo ocurrido con la pandemia de COVID-19, los organismos multilaterales de crédito han comenzado a tomar las riendas sobre el asunto y han incrementado las medidas sanitarias, pero también las ambientales en sus gestiones económicas.

Una clara señal de ello es que han aumentado las salvaguardas ambientales a la hora de otorgar préstamos o financiamiento no reembolsable de los programas para el desarrollo sostenible de ciudades.

Para finalizar, muchos de estos datos ya existen en plataformas públicas y privadas (en el caso de las plataformas privadas se pueden realizar convenios de reciprocidad para el acceso y unificación de la información), por lo que el siguiente paso debe ser la unificación y vinculación de los distintos parámetros para realizar una planificación y ordenamiento territorial ambiental de la ciudad conforme lo estipula el Plan Urbano Ambiental

(Ley N° 2.930/08), para disminuir las emisiones de GEI según el Plan de Acción Climática (Ley N° 3871/11 de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático), sensibilizar de manera eficiente a la población en materia de educación ambiental (Ley N° 1687/05 de Educación Ambiental) y gestionar de manera eficiente los residuos con una Estrategia de Economía Circular acorde (Ley N° 1854/05 – De Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, Ley N° 992/02 – De Recuperadores Urbanos, Ley N° 2544/07 – Ley de Separación de Residuos en Instituciones Educativas y Ley N° 6468/21 – Ley de Estrategia para una Economía Circular).

Así, el advenimiento de la Revolución 4.0 y el aprovechamiento de estas nuevas tecnologías serán funcionales en la gobernanza y política ambiental tal como está comenzando a suceder en ciudades de países desarrollados. De esta manera, las políticas sostenibles tendrán una gobernanza mucho más sólida, suplantando las decisiones inconexas de cada Ministerio, Secretaría o Dirección con competencias ambientales.

VIII. BIBLIOGRAFÍA

Atlas de Espacios Verdes en Ciudades Argentinas. Fundación Bunge y Born, 2020.

Dirección General de Estadísticas y Censos de CABA (Ministerio de Hacienda y Finanzas GCBA), 2015. Censo 2010.Situación y caracterización de los asentamientos precarios en la Ciudad de Buenos Aires.

Dirección General de Estadística y Censos (Ministerio de Hacienda y Finanzas GCBA), 2023Espacios verdes dependientes del GCBA por tipo de espacio verde según comuna: Años 2019-2021-2023. Ciudad de Buenos Aires. Disponible en: https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?p=122974

El consumo de energía en la Ciudad de Buenos Aires en 2013, 2014. Dirección General de Estadísticas y Censos del GCBA y el Censo de Estudios para el Desarrollo Económico Metropoliano. Disponible en: https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/wp-content/uploads/2015/04/ir_2014_663.pdf

Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Ley N° 6468 Marco De Economía Circular. Sancionada en 2021. Disponible en: https://boletinoficial.buenosaires.gob.ar/normativaba/norma/578709

Legislatura de la Provincia de Buenos Aires. Decreto reglamentario 1074/18 de la Ley N° 5.965 de protección a las fuentes de provisión y a los cursos y cuerpos receptores de agua y a la atmósfera de la Provincia de Buenos Aires. Sancionado en 2023 Disponible en: https://normas.gba.gob.ar/documentos/0Qzbas4x.html#:~:-
text=Efluente%20gaseoso%3A%20Toda%20aquella%20sustancia,cuerpo%20receptor%20a%20la%20atm%C3%B3es era.

Legislatura de la Ciudad Autónoma De Buenos Aires (2009). Ley N° 3263. Arbolado Público Urbano. Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, N° 3.393, p. 6. Recuperado de: https://boletinoficial.buenosaires.gob.ar/normativaba/norma/143461

Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2004). Ley Nacional Nº 25.916 de
Gestión de Residuos Domiciliarios. Recuperado de: https://www.argentina.gob.ar/
normativa/nacional/ley-25916-98327/texto.

Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2008). Ley Nº 2930 de Planificación Urbana Ambiental de la CABA. Recuperado de: https://buenosaires.gob.
ar/sites/default/files/media/document/2020/09/18/1f10c9c1d6860d6d017a4ff4272071ec0520cfac.pdf

Organización de las Naciones Unidas (2023). Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023: Edición especial.Por un plan de rescate para las personas y el planeta.

Plan de Acción Climática de la Ciudad 2030. Capítulo 7. Islas de Calor. Disponible en 150
https://buenosaires.gob.ar/areas/med_ambiente/apra/des_sust/archivos/pacc/
cap7_pacc_ ba3030.pdf

Plan maestro para el arbolado público lineal y espacios verdes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Tomo III. Junio 2023. Secretaría de Ambiente. Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Disponible en: https://buenosaires.gob.ar/sites/default/files/2023- 07/LIBRO%20PLAN%20MAESTRO%20-%20TOMO%20III.pdf

Rodríguez, J. M., Fuentes, N. S., & Sánchez, P. M. (2016). Influencia de los espacios verdes urbanos en la salud mental. Metas de enfermería, 19(9), 2.

Por Luis Magni

Fuente: Fuente: Revista de Derecho Ambiental edicion N*10

Deja una respuesta