Por María Laura Leguizamón
Si bien hay distintos niveles de responsabilidad, y el rol de los gobiernos es determinante para frenar el calentamiento global, el sector privado tiene un rol fundamental y desde luego también las personas. Una agenda que nos compete y nos interpela a actuar.
“La viabilidad de nuestras sociedades depende de que los líderes de gobiernos,
negocios y la sociedad civil se unan en apoyo de políticas, acciones e inversiones
que limiten la subida de las temperaturas a 1,5 grados centígrados«.
En cuestiones de ambiente es urgente “achicar la brecha entre el decir y el hacer”. Esencialmente porque los plazos se acortan y las conversaciones no están generando los cambios necesarios. Deben intensificarse las acciones. Y, sobre todo, hacerse ya.
Así lo deja en evidencia el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas publicado en el mes de agosto de este año, ante la observación de cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en todo el sistema climático:“Todo aumento del calentamiento exacerbará los cambios que estamos experimentando”, advierte el documento. “En particular, cambios en la humedad y la sequedad, los vientos, la nieve y el hielo, las zonas costeras y los océanos”.
El informe, que dispone de más de 3.000 páginas y fue elaborado por 234 científicos, da cuenta de que “el calentamiento ya acelera la subida del nivel del mar, derrite el hielo del planeta y empeora fenómenos extremos como olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas”. Y la peor noticia es que todas están tendencias empeorarán, de no mediar cambios.
RESPONSABILIDAD HUMANA. Según eldiagnóstico de los científicos del IPCC, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de lasactividades humanas son responsables del calentamiento global.“Desde hace décadas es evidente que el clima de la Tierra está cambiando, y el papel de lainfluencia humana en el sistema climático es indiscutible”.Ser responsables del problema nos ofrece la posibilidad de ser parte de la solución: “una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático”, aunque podrían pasar entre 20 y 30 años hasta que las temperaturas mundiales logren estabilizarse.
El tema son los tiempos, ya que se advierte que “a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y agran escala, limitar el calentamiento a cerca de 1,5 ºC o incluso a 2 ºC será un objetivo inalcanzable”.
Lo cierto es que, a poco de cumplirse seis años del Acuerdo Climático de París, firmado en diciembre de 2015 con el propósito de limitar el aumento de la temperatura global promedio para finales de siglo por debajo de los 2°C, o incluso de 1,5°C, en comparación con los niveles preindustriales, los compromisos de los distintos países siguen estando muy por debajo de los objetivos planteados.
“Según el diagnóstico de los científicos del IPCC, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas son responsables del calentamiento global. Ser responsables del problema nos ofrece la posibilidad de ser parte de la solución”.
JÓVENES MOVILIZADOS. Buscando hacer presión antes sus respectivos gobiernos y exigiendo medidas urgentes contra el cambio climático, miles de jóvenes activistas ambientales se movilizaron el pasado 24 de septiembre en numerosas ciudades en distintos países del mundo, para exigir medidas urgentes contra el cambio climático y presionar a sus respectivos gobiernos a tomar acción. Esta movilización tuvo lugar cinco semanas antes de la realización de la COP26, Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en Glasgow, Reino Unido, del 1 al 12 de noviembre.
“Justicia climática” significa reconocer que los más afectados por la crisis climática son los menos responsables, enfatizó Nicole Becker, activista juvenil por la justicia climática argentina y una de las fundadoras de Jóvenes por el Clima Argentina, movimiento que lucha por revertir los efectos de la crisis climática.
“La juventud va a tener que hacerse cargo de decisiones que no hemos tomado como generación y de un futuro que además de todas las incertidumbres que caracterizan a nuestro tiempo, se agregue la variable ambiental que ponga en riesgo nuestro propio futuro. Movilizarse hoy implica también garantizar un futuro a las próximas generaciones”, enfatizó semanas atrás ante la convocatoria a marchar en favor de un cambio.
CÓDIGO ROJO. “Código rojo para la humanidad” fue la expresión que usó António Guterres, secretario general de la ONU, al conocerse los resultados del informe del IPCC; y una vez más advirtió sobre la necesidad de tomar medidas inmediatas y más ambiciosas para frenar el calentamiento global.
“La viabilidad de nuestras sociedades depende de que los líderes de gobiernos, negocios y la sociedad civil se unan en apoyo de políticas, acciones e inversiones que limiten la subida de las temperaturas a 1,5 grados centígrados«, señaló Guterres.
“Si unimos fuerzas ahora, podemos evitar una catástrofe climática. Pero tal y como muestra el informe, no hay tiempo para retrasos ni espacio para excusas”, insistió destacando la importancia que cobra la próxima cumbre del clima (COP26) que se celebrará a finales de año en Glasgow (Reino Unido).
La urgencia nos exige estar atentos y expectantes ante los resultados de la próxima Cumbre, pero activose impulsando los cambios requeridos desde el sector empresarial y también desde lo individual.El aporte, aunque claramente con distintos niveles de responsabilidad, es colectivo. En especial para generar,de manera urgente,el cambio cultural que demanda este nuevo tiempo.
María Laura Leguizamón
NOTA PUBLICADA EN REVISTA ESTRATEGAS #199.