Por el Lic. Jorge Colina, asesor económico de Adecra+Cedim
La salud privada está pasando por una severa crisis de financiamiento, que está dada, en gran parte,
por el hecho de que las cuotas de los planes de salud de la medicina prepaga están muy retrasadas
respecto de la inflación. Esto se traduce, automáticamente, en que los aranceles de los profesionales
de salud que integran las instituciones también están atrasados, teniendo en cuenta que los aranceles
están atados a los aumentos en las cuotas de las prepagas.
Esta distorsión se profundizó durante la pandemia, ya que el sistema de salud fue fuertemente utilizado
(los centros de salud debieron prepararse y dar contingencia a las demandas por Covid-19), los precios
estaban congelados y luego ya no se recuperaron.
De cualquier manera, debemos tener en claro que la crisis de financiamiento del sector no es de corto
plazo; lleva ya más de diez años y responde a un fenómeno mucho más grande y profundo, que es
que el mercado laboral argentino ha dejado de crear empleo asalariado privado.
Yendo concretamente a los números, de 2012 y a 2022, el empleo registrado formal (del sector
privado), que es el que más aporta al financiamiento de la seguridad social, está estancado en seis
millones de personas y, desde entonces, el PBI no creció, al tiempo que la población sigue
aumentando. De 12 millones de trabajadores registrados, sólo la mitad es asalariada en el sector
privado en Argentina.
Lo que ha crecido durante estos años es el empleo público y el empleo informal. Por ende, la
generación de recursos para la medicina privada está estancada.
A su vez, este escenario se complejiza aún más con otra realidad: la creciente tecnificación de la
medicina, que hace a la medicina, precisamente, cada vez más cara. El impacto no es sólo a nivel de
costos, sino también en cuanto a la variable asistencial: hoy, la práctica médica se basa
fundamentalmente en las especialidades, las nuevas tecnologías alrededor de la cama hospitalaria y
la acelerada innovación en medicamentos. Por caso, las residencias médicas en clínica y pediatría
quedan sin cubrirse, pero las de especialidades se llenan; las cesáreas se imponen frente a los partos
naturales para hacer rendir más los recursos; y los honorarios médicos y aranceles hospitalarios bajos
hacen del volumen un recurso vital para sobrevivir.
En síntesis, los prestadores de salud privados están sofocados por bajos honorarios y aranceles, y la
necesidad de sostener financieramente una estructura médica tecnológica muy costosa. Responden
con eficiencia a la restricción de recursos, pero son el último eslabón de la cadena de producción de
atención médica, que es la que más sufre esa falta de recursos al tener a su cargo al paciente.
La problemática es compleja y tiene múltiples aristas. Los puntos mencionados hasta acá son algunos
de los más importantes, y forman parte del Estudio Económico #19, la última publicación del informe
que lleva adelante Adecra+Cedim año a año para analizar la situación económico-financiera de
Argentina en relación a la salud.
En esta oportunidad y a través de este trabajo, con corte a 2022, la cámara fue al fondo de la cuestión,
en estos temas que hacen a la verdadera agenda del sector: las desorganizaciones que padece el
sistema de salud (que se manifiestan en inconsistencia financiera, malas regulaciones y solapamiento
de intervenciones nacionales en funciones provinciales y municipales) no empiezan y terminan allí,
sino que se enmarcan en una economía y un mercado laboral en crisis o, dicho de otro modo, en un
país no sustentable.
Una vez trazado el cuadro de situación, que sería el diagnóstico en cuestión, el estudio también incluyó,
a modo propositivo, una serie de medidas y/o lineamientos de políticas públicas que apuntan,
centralmente, a redinamizar el empleo asalariado formal en la economía argentina, esto es, a que las
pymes puedan recuperar vigorosidad en la creación de empleo.
Establecer un mínimo no imponible sobre la masa salarial para las
contribuciones patronales de ANSES y PAMI, habilitar a las pymes a negociar convenios colectivos a
nivel de empresas para adaptar las condiciones laborales a la productividad de la firma, y eliminar la
multiplicación de la indemnización por despido son algunos de esos puntos sugeridos.
Por otra parte, desde Adecra+Cedim también creemos (y así lo expresamos en este documento) que,
sobre la base de un sector público de la salud más ordenado, los
prestadores privados podrían trabajar coordinadamente en esquemas de articulación público-privada
con los sectores públicos provinciales y municipales.
Para acceder al informe: https://biblioteca.adecra.org.ar/informe-19-la-construccion-de-un-
verdadero-sistema-de-salud-argentino/
*Acerca de Adecra+Cedim
Adecra –Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina- es una entidad sin
fines de lucro con más de 80 años de trayectoria en defensa del sector.
Cedim –Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio- cuenta con 31 años de antigüedad en
el sector de las instituciones ambulatorias.
En 2011, se conformó la alianza estratégica entre ambas cámaras con el objetivo de construir y consolidar criterios
comunes de acción, a fin de lograr mayor presencia en los ámbitos de decisión y así fortalecer al sector prestador
de salud.
Juntos, representan a más de 420 instituciones asociadas ante las autoridades públicas y los organismos privados
a nivel nacional y regional. También participan en la modificación y creación de normas de interés para el sector,
y organizan cursos, jornadas y congresos para el desarrollo del personal de los equipos de salud, entre otras
funciones.
Por el Lic. Jorge Colina, asesor económico de Adecra+Cedim