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Un nuevo desafío: Integrar la tecnología y las personas

Por Fernando Rigou

Sin duda las nuevas tecnologías están cambiando radicalmente la forma en que nos relacionamos. Es así como los procesos de venta deben cambiar y ajustarse a la nueva cultura. Durante años se viene hablando de la importancia de adaptarse a los cambios. Un requisito para tomar un vendedor era justamente la adaptación al cambio que eventualmente debería tener ese empleado, aunque ese “valor” fuera imposible de comprobar hasta no verlo en la
práctica.

En el año 1972, Juan Martin Allende, primer presidente de Xerox Argentina, empresa para la que trabaje durante 26 años, ya hablaba de la “era del cambio” en su discurso inaugural. Hoy, 50 años más tarde, podríamos decir que “vivimos en el cambio”. El cambio permanente forma parte de la nueva normalidad.

Tecnologías que evolucionan día a día, globalización, información instantánea, forman parte de una realidad a la que no podemos escapar si queremos sobrevivir.

Nada, de lo que imaginemos, vinculado a la tecnología, nos resulta imposible de creer ni nos sorprende.

Veamos que está pasando en muchas PYMES nacionales. Empleados dedicados a tareas específicas administrativas o de ventas (ejemplo: vendedores que siguen “pateando la calle”), no reciben capacitación y siguen operando dentro de una cultura de trabajo totalmente perimida. Qué futuro les espera.? Muchas empresas no generan nuevas ideas, no invierten, rechazan la innovación, se cierran a los cambios. En poco tiempo se verán obligadas a adaptarse o desaparecerán. La tarea que están realizando sus empleados en poco tiempo dejara de ser necesaria y
no estarán capacitados para operar bajo los nuevos esquemas de trabajo. También es cierto que las nuevas formas de operar; por ejemplo, en el área de ventas, relegan cada día más al relacionamiento entre las personas. El chat prácticamente reemplazó al mail, pero también al contacto personal. En mi opinión, próximamente, la capacidad para relacionarse será un factor determinante para la venta profesional y también para la compra. Estoy percibiendo cierta dificultad en las generaciones Millennial y Centennial para aprovechar la relación humana
en los negocios.

La tecnología y con ella una nueva cultura avanza a toda velocidad y sin pedir permiso. Es obligación de la dirigencia redefinir el rol del ser humano en sus empresas y adaptarlo a esta nueva realidad. A su vez, es responsabilidad de cada uno de nosotros mantenernos actualizados, auto capacitarnos y ser proactivos en implementar nuestro cambio interno. Las herramientas para hacerlo están al alcance de nuestra mano. Nueve de cada diez personas cuenta con un teléfono inteligente. La información está disponible en forma instantánea para cualquiera que la quiera utilizar.

Propongo, entonces, trabajar en tres aspectos principales:
1- Redefinir roles y objetivos (las empresas y las personas), considerando el cambio permanente y las nuevas herramientas.

2- Aprovechar la tecnología para generar mayor productividad y desarrollar nuevas formas de trabajo. Fomentar iniciativas e ideas nuevas. Esto, sin dejar de mirar los cambios que se producen alrededor nuestro y los ejemplos exitosos.

3- Trabajar con nuestros Recursos Humanos, invirtiendo en capacitación y brindándoles la oportunidad de desarrollar sus habilidades y talentos en un ambiente de motivación y confianza poniendo especial énfasis en el relacionamiento personal.

Estoy convencido que la participación del ser humano en este nuevo mundo tecnológico seguirá siendo vital para el éxito de las empresas, siempre y cuando sepamos aprovechar la tecnología sin descuidar a la persona.

Fernando Rigou

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