
La llamada “economía plateada” marca el comienzo de una nueva era de crecimiento para los seguros de vida

Una cuarta parte de todas las personas en los mercados avanzados tendrán más de 65 años en 2050 y esta «economía plateada» estará transformando la base principal de clientes de la industria de seguros de vida. El aumento de la esperanza de vida, la caída de las tasas de natalidad y la concentración de la riqueza entre los jubilados impulsarán la demanda de protección que proporcione ingresos garantizados, cobertura sanitaria y asistencial. Los nuevos enfoques para el diseño de productos de rentas vitalicias, la agrupación de riesgos y la protección de la atención agrupada satisfarán las necesidades cambiantes de las poblaciones que envejecen.
El envejecimiento de la población, la disminución de la natalidad y la creciente concentración de la riqueza entre las personas mayores están transformando los tipos de protección financiera que las personas necesitarán en el futuro, según el último informe sigma de Swiss Re. Dado que se proyecta que el 27% de la población en los mercados avanzados tendrá más de 65 años para 2050, los seguros de vida deberán evolucionar desde productos de reemplazo de ingresos y protección de riesgos familiares hacia soluciones de planificación patrimonial y financiación para el cuidado personal.
“El impacto de la economía plateada en las aseguradoras se acelerará, dando lugar a una nueva fase de innovación”, afirmó Paul Murray, CEO de Swiss Re Life & Health Reinsurance. “Estamos presenciando una generación más numerosa, más longeva y con mayor riqueza que nunca antes. Con nuevos enfoques en el diseño y la entrega de productos, el sector asegurador tiene la oportunidad de redefinir su relevancia para los mayores de 65 años”.
En todo el mundo, las poblaciones están envejeciendo a un ritmo récord, impulsadas por la caída de la natalidad y el aumento de la longevidad. En los mercados avanzados, habrá un 35% más de personas mayores de 65 años para 2050 en comparación con 2025. Países como Japón y Corea del Sur ya están a la vanguardia del envejecimiento, con más del 30% de sus ciudadanos mayores de 65 años en la actualidad.
Al mismo tiempo, la riqueza también se está inclinando decisivamente hacia las generaciones mayores. En Estados Unidos, por ejemplo, los hogares de 55 años o más poseen casi 120 billones de dólares en activos, equivalentes a cuatro veces el PIB nacional, lo que pone de relieve tanto su solidez financiera como la magnitud del desafío de la longevidad.
Jérôme Jean Haegeli, economista jefe del Grupo Swiss Re, sostuvo: “Una mayor longevidad afectará tanto al riesgo como a los activos del negocio asegurador. A medida que la población envejece y las personas empiezan a retirar sus ahorros, la inflación y las tasas de interés a largo plazo podrían aumentar, lo que favorecerá una mayor rentabilidad de las inversiones y una mayor rentabilidad para las aseguradoras”.
De la acumulación a la desacumulación
Para satisfacer las exigencias de la “economía plateada”, las aseguradoras tendrán que desplazar su foco de atención desde la fase de acumulación de la vida de los consumidores a la fase de desacumulación.
En la fase de acumulación, que suele abarcar la vida laboral, las personas acumulan patrimonio y protegen a sus dependientes mediante productos como seguros de vida a término, seguros de vida entera y seguros de vida universal. Estas soluciones protegen contra el impacto financiero de una muerte prematura o discapacidad y apoyan a las generaciones más jóvenes mientras construyen patrimonio para el futuro.
En la fase de desacumulación posterior a la jubilación, el énfasis se centra en convertir los ahorros en flujos de ingresos, por ejemplo, a través de pensiones financiadas tanto por el gobierno como por el empleador, así como de rentas vitalicias. Además, es necesario garantizar el acceso a servicios de cuidado personal, como servicios médicos y residencias de ancianos.
Para 2050, una persona de 65 años con altos ingresos que se jubile en mercados desarrollados podría esperar vivir 23 años más. Esta jubilación más prolongada, sumada a un alejamiento de las rentabilidades garantizadas en los productos de pensiones, significa que los jubilados tendrán ahorros sustanciales, pero no ingresos garantizados, lo que aumenta el riesgo de que sobrevivan a sus ahorros.
Existen diversos tipos de anualidades para cubrir este mayor riesgo de longevidad. Sin embargo, podría requerirse una gama más amplia de opciones para mitigarlo. Por ejemplo, los fondos de reparto del riesgo de longevidad pueden abordar simultáneamente los riesgos de mortalidad, longevidad y salud.
Repensar la salud y la atención
El número de personas mayores de 80 años en Europa crecerá un 80% para 2050, mientras que en América del Norte se disparará más del 120%. Esto supondrá una carga para los servicios de atención a largo plazo, que ya representan más del 2% del PIB en las economías avanzadas. Dado que los costes de las residencias privadas de ancianos en Estados Unidos promedian los 111 mil dólares anuales, será necesario encontrar mecanismos para financiar la atención.
Suscribir seguros de atención a largo plazo puede ser complejo debido a la larga duración del producto y la incertidumbre de sus parámetros. Las estrategias actuales que han dado buenos resultados buscan complementar la cobertura estatal o combinar la atención a largo plazo con coberturas de enfermedades graves y de vida. En Francia, por ejemplo, los productos que complementan la cobertura gubernamental han demostrado su popularidad. El mercado de la atención a largo plazo ha crecido hasta alcanzar 1,4 millones de asegurados y más de 500 millones de euros en primas anuales. Los productos se adaptan a la asequibilidad, con una distribución respaldada por redes de bancaseguros y canales digitales.
Otra necesidad urgente será la protección contra el cáncer para los asegurados mayores. La edad promedio de diagnóstico de cáncer es de 67 años. Sin embargo, la mayoría de las pólizas para enfermedades graves vencen antes de la jubilación, lo que deja un vacío de protección justo cuando el riesgo alcanza su máximo. En Tailandia y Corea, las compañías han lanzado coberturas específicas para el cáncer dirigidas a personas mayores, combinadas con productos de salud o rentas vitalicias más amplios. Estas pólizas garantizan que los hogares de personas mayores no tengan que asumir solos la carga financiera y médica del cáncer.
Fuente: 100 SEGURO
